Y si algún día decides partir...
márchate sin dejar lágrimas cristalinas,
déjame tu frío, déjame tu soledad...
me abrazare a ella mientras te olvido.
Vete sin mirar atrás, sin un camino dejar
borra tus huellas con el viento del este.
Parte, pero déjame tu ruidoso silencio,
déjame los mudos sonidos de amor,
de falta, de olvido.
Pero si no decides partir
quédate siempre conmigo.